ARENADO Y GRANALLADO

El arenado es un sistema de limpieza abrasivo muy efectivo, ya que al proyectar partículas sólidas a gran presión sobre la superficie a tratar, desincrusta óxido, pintura deteriorada, suciedad y otros contaminantes de manera muy efectiva. Dependiendo del abrasivo utilizado, se obtendrán diferentes grados de textura en la superficie tratada. Para piezas que deben ser pintadas, se utiliza un abrasivo más agresivo, lo cual, además de la limpieza de la pieza, le confiere una rugosidad a la superficie que mejora considerablemente el anclaje y adherencia de la pintura. Estudios demuestran que las piezas pintadas, que han sido tratadas con arena o granalla, resisten mucho mejor los ensayos de adherencia de la pintura, resistencia al impacto y resistencia a la corrosión.

A través del proceso de arenado o granallado con soportes metálicos se consigue un decapado idóneo para la adherencia de los diferentes procesos de pintado. Muy utilizado en carrocerías por decapado de la pintura o eliminar el oxidado de la superficie. El arenado o chorro de arena también es utilizado por la aceleración de la oxidación con el acero corten. Dependiendo del abrasivo, la granulometría y la presión proyectada tenemos acabados de rugosidad muy diferentes. De esta manera podemos dejar acabados satinados lisos o tener un relieve rugoso. Se puede limpiar o arenar cualquier tipo de elemento metálico: rejas, puertas, elementos ornamentales, en restauraciones de motos o coches, maquinaria industrial o agrícola, grúas contenedores.

La superficie tratada presenta uniformidad, con una serie de picos y valles, similares a los conseguidos con el abujardado.

Recomendado para cualquier uso en el exterior e interior de las edificaciones, aunque no especialmente recomendado en pavimentos de interior, por su superficie rugosa.